Década 2000 : reflexiones sobre la prospectiva sectorial

Autores/as

  • César De Hart Vengoechea

Palabras clave:

palma de aceite, elaeis guineensis, tendencias, orden público, política de desarrollo, competitividad, Fondo de Estabilización de Precios para el Palmiste, el Aceite de Palma y sus Fracciones (Colombia), sector palmicultor, Colombia

Resumen

El plan indicativo es un punto de referencia general de planeación y de visión, y no una guía individual para un empresario. La Visión es una perspectiva hacia el año 2020, cuyas metas se refieren a sembrar 743.000 hectáreas a un crecimiento anual del 8%, y pasar de una productividad hoy en día de 3,7 toneladas de aceite por hectárea a 5,5 en el año 2020, de una extracción del 21 llevarla al 24, de 23.000 empleos directos existentes llegar a 60.000, una producción de 520.000 toneladas ascenderla a 3,5 millones de toneladas, y llegar con una participación mundial del mercado de palma de hoy día del 2,6 al 9,2. En la Visión se construyeron unas alternativas, porque se supone que habrá mejoras sustanciales de las condiciones generales del país de orden público y de estabilidad económica, pero en caso de un posible deterioro de las condiciones, se trabajaron dos alternativas: el plan B de contingencia para que el mejoramiento sea moderado y el plan C de contingencia. En el plan B de contingencia el área sembrada llegaría tan solo a 462.000 hectáreas y la producción sería de 1'900.000. En el plan C el área sembrada correspondería a 260 mil hectáreas para el 2020 y la producción de 1 millón de toneladas. Es necesario verificar y ajustar de manera permanente las acciones públicas del Estado que se requieren para este plan, porque no se puede simplemente enumerarlas y darlas por hecho. Otro factor esencial es el de la competitividad del país que se escapa al control de los empresarios. Algunos datos generales sobre la competitividad del país nos muestran su importancia: en el 2001, 85% de los países eran más competitivos que Colombia frente a solo 71% en 1994, lo que significa que hemos perdido terreno en términos de competitividad. El país necesitaría veinte años para igualar a Malasia, bajo el supuesto de que Malasia no mejore su competitividad y se quedara estancada. Se debe medir muy bien cómo evolucionará el Fondo de Estabilización de Precios a medida que la proporción exportable aumente. En el gremio hemos hablado de tiempo atrás que rompimos la burbuja, la burbuja era cuando estábamos en un mercado doméstico y salíamos a las exportaciones, la rompimos y la rompimos con éxito. En la medida en que aumente la proporción exportable -y es muy difícil predecir si será al 60, al 70 o al 80%-, diferenciar esos dos precios de esos dos mercados, creo que será imposible. A eso llamaría yo la segunda burbuja y no quiere decir que sea malo, sino debemos ser conscientes de que eventualmente la vamos a romper y que debemos prepararnos para romperla, como tampoco desconocer que esa podría ser nuestra realidad. Algo que debemos manejar con mucho cuidado es no permitir ni permitirnos a nosotros mismos manejar los proyectos como los sociales y los comerciales, porque es un error. En primer lugar no corresponde a la realidad y en segundo lugar es un error estratégico fundamentado en algo que no es cierto. La competitividad no proviene de la tasa de cambio ni de los intereses, esas son situaciones coyunturales, la verdadera competitividad proviene de la innovación y de los procesos de mejoramiento, precisamente lo que hemos estado haciendo en este

Cómo citar

De Hart Vengoechea, C. (2002). Década 2000 : reflexiones sobre la prospectiva sectorial. Palmas, 23(3), 100–102. Recuperado a partir de https://publicaciones.fedepalma.org/index.php/palmas/article/view/933

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2002-01-01

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Artículos

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