Editorial. TLC Colombia - Estados Unidos : desafíos y oportunidades para el sector palmero

Autores/as

  • Federación Nacional de Cultivadores de Palma de Aceite (Fedepalma)

Palabras clave:

palma de aceite, elaeis guineensis, tratado de libre comercio, acuerdos internacionales, competitividad, exportaciones

Resumen

La continua búsqueda de Colombia por mejorar el acceso de sus exportaciones a su mayor mercado de destino, intensificada especialmente desde la década del noventa con el proceso de apertura e internacionalización de la economía, arrojó resultados concretos el 27 de febrero pasado, cuando, luego de 22 meses y 15 rondas de intensas negociaciones, logró acordar con Estados Unidos las reglas de juego que determinarán sus relaciones comerciales una vez el texto del tratado de libre comercio (TLC) que pactaron surta el trámite legal de revisión de textos, firma por parte de los gobiernos de las dos naciones y posterior presentación a los respectivos Congresos, que deberán aprobarlo de manera que pueda entrar en vigor a mediados de 2007. Independientemente de la importancia capital que reviste, el análisis en torno suyo no puede polarizarse con argumentos puramente ideológicos que suelen invocarse en algunos círculos académicos y políticos, y que se originan principalmente en las percepciones que ellos tienen de Estados Unidos. No de otra manera se explica que los ánimos no se hubieran exaltado de la misma forma con la firma de tratados como el suscrito por Colombia en 2004 con Mercosur, el mismo que sin duda vulnera amplios sectores de la economía local. En el caso específico del TLC, los llamados "perdedores" del proceso aducen su sensibilidad frente a Estados Unidos en el hecho de que ese país es la primera economía del mundo, ocupa los primeros lugares en los rankings de competitividad internacional, es el principal exportador agrícola en el mercado global y uno de los países desarrollados que más otorga subsidios y ayudas internas a su producción agropecuaria. El TLC consolidó las preferencias del Atpdea para aceites y grasas refinadas como mantecas, margarinas y mezclas de aceites, entre otros; es decir, aseguró el libre acceso para estos productos de origen colombiano en el mercado estadounidense. Ello, de por sí, activa unas reglas de juego claras para los exportadores colombianos que, junto con los cambios que se están dando en el mercado estadounidense por normas que regulan la hidrogenación parcial de aceites como los de soya, girasol o canola -proceso que origina los perjudiciales ácidos grasos trans-, en el mediano plazo les permitiría incrementar allí sus ventas de aceite de palma y sus derivados. No se puede ignorar, sin embargo, que las aspiraciones del sector fueron poco atendidas en cuanto a plazos de desgravación para sus productos. Así que ésta se hará en cinco años, tiempo demasiado corto en el escenario descrito de brecha de competitividad que, en el caso del renglón palmero, es especialmente crítico con Estados Unidos, cuyo gobierno favorece a su complejo oleaginoso con altos subsidios y ayudas internas. Tales resultados se originaron en el escaso entendimiento que el Gobierno Nacional, y en especial el Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural, tuvo sobre la sensibilidad del sector frente a las oleaginosas norteamericanas, pese a la activa participación de Fedepalma en el proceso de negociación.

Cómo citar

Federación Nacional de Cultivadores de Palma de Aceite (Fedepalma), . (2006). Editorial. TLC Colombia - Estados Unidos : desafíos y oportunidades para el sector palmero. Palmas, 27(1), 5–8. Recuperado a partir de https://publicaciones.fedepalma.org/index.php/palmas/article/view/1167

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2006-01-01

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Artículos

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