@article{Federación Nacional de Cultivadores de Palma de Aceite (Fedepalma)_2001, title={Editorial. El material de siembra será la base de la competitividad futura}, volume={22}, url={https://publicaciones.fedepalma.org/index.php/palmas/article/view/887}, abstractNote={La brecha existente entre la productividad de la palma de aceite en las plantaciones comerciales en Colombia y la mucho mayor que se identifica por los científicos como la potencial, ha sido fuente de inquietud y debate, tanto académico como empresarial. En efecto, desde el punto de vista fisiológico, varios investigadores han establecido que el potencial puede llegar hasta 16 toneladas de aceite por hectárea y esta cifra es cuatro veces superior a la obtenida actualmente en la producción comercial. De la experiencia en investigación en palma de aceite, podría argumentarse que la cantidad de aceite producido por unidad de superficie depende fundamentalmente de dos aspectos: la variedad y las condiciones ambientales en que se haya desarrollado el cultivo; no en forma independiente, sino teniendo en cuenta que los dos aspectos interactúan. Una forma de mejorar los rendimientos es realizando las mejores prácticas agronómicas asociadas con los aspectos incorporados en la categoría de condiciones ambientales. Precisamente esto es lo que han venido haciendo un gran número de plantaciones en los últimos años en Colombia, logrando como resultado el incremento paulatino en el promedio del rendimiento de aceite por hectárea, que hoy es similar al de los líderes mundiales. Hace falta, entonces, entrar a considerar el componente varietal. Actualmente, aunque el promedio del rendimiento comercial en Malasia es cercano al colombiano, existen en ese país terrenos comerciales sembrados con nuevos materiales que reportan rendimientos de aceite de 10 toneladas por hectárea. Este buen resultado se podría atribuir a los nuevos materiales, apropiados a esas zonas, con lo cual aportarían unas seis toneladas por hectárea sobre los materiales tradicionales. La experiencia acumulada por los investigadores indica que no se puede pretender que una misma variedad se desarrolle igualmente en todas las zonas productoras del mundo y, en el caso colombiano, más específicamente en las cuatro zonas productoras de palma del país. Por el contrario, debe haber variedades que se adapten a las condiciones de altas temperaturas, luminosidad y poca disponibilidad de agua de la Zona Norte, como variedades que muestren su máximo potencial en suelos pesados de los Llanos Orientales y variedades que se adapten a las condiciones de baja luminosidad y alta precipitación de la Zona Occidental. En agricultura se han comprobado estos fenómenos, pero se sabe también que se requiere gestión investigativa y tecnológica para su oportuno desarrollo. El Programa de Mejoramiento de la Palma de Aceite requiere de un horizonte de largo plazo y, en consecuencia, es perenne como el propio cultivo. Cenipalma tiene la propuesta de desarrollar su Programa de Mejoramiento mediante la conformación de una red de plantaciones interesadas en las diferentes zonas palmeras, encargadas de probar las diferentes progenies con la participación activa de los técnicos o dueños de las plantaciones en la identificación de los materiales que mejor se adapten a sus condiciones de suelos, clima y manejo. El campo experimental de Cenipalma - que se desarrollará en un terreno que fue comprado por Fedepalma para ese propósito y entregado a Cenipalma en comodato - estará dedicado principalmente al mejoramiento y en él se tendrá la Colección de Germoplasma y las poblaciones élite de materiales Dura, Oleífera y Pisífera.}, number={4}, journal={Palmas}, author={Federación Nacional de Cultivadores de Palma de Aceite (Fedepalma)}, year={2001}, month={ene.}, pages={3–6} }